La estrategia de operaciones se refiere a la formulación de políticas amplias y el diseño de planes estratégicos. Su objetivo es utilizar los recursos de la empresa de la mejor manera posible para ejecutar la estrategia competitiva de la firma a largo plazo.
La estrategia de operaciones de una compañía se interrelaciona con la estrategia corporativa. Además es una de las principales actividades desempeñadas por la administración de operaciones.
Estrategia implica un proceso a largo plazo tendiente a fomentar cambios inevitables. Al hablar de estrategia de operaciones, se hace referencia sobre todo a las operaciones de manufactura. Sin embargo, la estrategia de operaciones en servicios guarda muchas similitudes, en especial cuando la compañía de servicios utiliza materiales como parte de su oferta.
La estrategia de operaciones implica decisiones relacionadas con el diseño de un proceso y la infraestructura necesaria para servir de soporte a dicho proceso. El diseño del proceso incluye la selección de la tecnología adecuada y la evaluación del proceso en el tiempo. También incluye el análisis del papel que desempeña el inventario en proceso y la ubicación del mismo.
Las decisiones sobre infraestructura implican la lógica asociada con los sistemas de planeación y control. También incluye los métodos de seguramiento, control y gestión de la calidad, la estructura de remuneraciones salariales y la organización de la función operaciones.
Debido a que las metas de la organización cambian con el tiempo, la estrategia de operaciones debe diseñarse de modo que anticipe necesidades futuras.
Examinemos la estrategia de operaciones desde una perspectiva histórica. Se constata que las compañías estadounidenses, experimentaron una tremenda demanda por parte de los consumidores después de la guerra. Como resultado, la manufactura en EEUU hizo énfasis en la producción de grandes volúmenes de artículos para satisfacer esta demanda.
Por el contrario, durante el mismo periodo, las empresas manufactureras japonesas se concentraron en gestionar la calidad de sus productos. Las prioridades necesarias para mantener la competitividad variaban para compañías en países distintos. La clave del éxito de la estrategia de operaciones esta en identificar las opciones prioritarias. Es decir, lograr entender las consecuencias de cada opción y en las transacciones que todo esto implica.
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Se han identificado varias prioridades básicas en la estrategia para la administración de operaciones. Estas prioridades incluyen: costo, calidad y confiabilidad del producto, velocidad de entrega, confiabilidad en la entrega.
También existen otras como capacidad para afrontar cambios en la demanda, flexibilidad y velocidad de introducción de nuevos productos y otros criterios de un producto determinado.
A través de diversas herramientas provistas por la ingeniería industrial se puede incursionar en cada una de ellas, que describiremos a continuación.
Podemos decir que el precio es una de las armas competitivas usadas en el mercado. Sin embargo, el concepto de la rentabilidad esta relacionada con la diferencia entre el precio y el costo. El costo es la variable que permite cobrar precios más reducidos pero que no por ello dejen de ser rentables.
Para competir sobre la base en el precio se requiere contar con una función de operaciones capaz de producir a bajo costo. Por tanto, es importante tener controlados eventos que impactan sobre el costo. Sobre todo, aquellas actividades que no agregan valor. Algunos ejemplos pueden ser los efectos de localización, el diseño de producto o la utilización. También podemos nombrar a la productividad de la mano de obra, la administración adecuada de inventarios, entre otros.
Un ejemplo de estrategia operativa enfocada en el costo es IKEA. Este ofrece mubles de calidad a un bajo precio gracias al fit logrado entre la estrategia competitiva y operativa.
La calidad se puede dividir en dos categorías: Calidad del producto y calidad del proceso. El nivel de calidad en el diseño de un producto variara de acuerdo con el segmento de mercado al cual esta dirigido.
Como es obvio, la bicicleta para la gente común es de una calidad sustancialmente diferente de la bicicleta de un ciclista profesional. El uso de aleaciones especiales de aluminio, de piñones y cadenas livianas especiales es importante para el desempeño del ciclista. Estos dos tipos de bicicletas se diseñan de acuerdo con las necesidades de los distintos clientes. El producto de mayor calidad tiene un precio mas elevado en el mercado debido a sus características especiales.
La manera de establecer el nivel adecuado de calidad de un producto es pensar en los requerimientos del cliente. Los productos sobre-diseñados, con un nivel de calidad excesivamente alto, se percibirán como muy costosos. Por el contrario, los productos sub-diseñados perderán clientes. Esto es así ya que preferirán productos que cuestan un poco más pero que perciben como artículos que reportaran mayores beneficios.
La calidad del proceso es crucial, pues se relaciona de manera directa con la confiabilidad del producto. Independientemente del producto que se trate, los clientes quieren productos sin defectos. Por consiguiente, la meta de la calidad del proceso es producir productos libres de errores. Las especificaciones del producto, que se dan en tolerancias dimensionales, definen con precisión la manera en que se debe fabricar.
La capacidad que tenga una compañía para entregar el producto más rápidamente que sus competidores puede ser crucial. Puede verse en varios mercados.
Por ejemplo, una compañía que ofrece servicio de reparaciones para equipos conectados en redes de computación. Una empresa que puede ofrecer reparaciones in situ en tan solo una o dos horas tendrá una ventaja significativa. Sobre todo en firmas rivales que solo garantice el servicio en el termino de 24 horas o más.
Esta prioridad se refiere a la capacidad de la firma de suministrar el producto o el servicio en la fecha de entrega prometida. O incluso antes.
Para un fabricante de automóviles, es muy importante que su proveedor de llantas suministre la cantidad y los tipos necesarios para la producción diaria. Si las llantas no están disponibles en la línea de ensamblaje cuando el vehículo lo requiera, será necesario detener el sistema productivo hasta que lleguen.
La practica de reducir las existencias de inventario para disminuir los costos se generalizo durante los años 80 y 90. Lo que ha colocado cada vez más énfasis en la confiabilidad de la entrega como criterio para evaluar a posibles proveedores alternativos.
La habilidad de una compañía para responder a las variaciones de la demanda es un factor importante en su capacidad para competir. Y puede observarse en muchos mercados.
Cuando la demanda es fuerte y va en aumento, los costos se reducen continuamente. Esto se da como resultado de economías de escala y es fácil justificar las inversiones en nuevas tecnologías. Sin embargo, la reducción de la producción cuando disminuye la demanda puede entrañar la toma de muchas decisiones difíciles. Algunas de ellas pueden ser despido de personal y recortes de activos. La capacidad de afrontar efectivamente la demanda dinámica del mercado a largo plazo es un elemento esencial de la estrategia de operaciones.
Desde una perspectiva estratégica, la flexibilidad es la capacidad de una compañía de ofrecer una amplia variedad de productos. Un elemento importante de esta capacidad es el tiempo que se requiere para que una compañía desarrolle uno nuevo. Y además, que también transforme sus procesos para ofrecerlo.
Desarrollar una estrategia de operaciones centrada en criterios específicos vinculados a un producto es esencial para optimizar la eficiencia y la rentabilidad. Al explorar estas estrategias, es vital reconocer que las prioridades pueden variar según el tipo de producto o situación particular.
Esta perspectiva se destaca especialmente en el ámbito de los servicios, donde las estrategias específicas pueden influir en gran medida en el éxito de la operación.
A menudo, se observa que las prioridades mencionadas se alinean principalmente con los servicios. Esto sugiere que, en muchos casos, la oferta de servicios especializados puede potenciar las ventas de productos manufacturados. Establecer una estrategia operativa que incorpore esta interrelación puede ser clave para alcanzar una posición competitiva sólida en el mercado.
La adaptabilidad a las particularidades del producto o situación se convierte en un factor crucial. Al considerar estas estrategias, se deben evaluar cuidadosamente factores como el diseño del producto, la cadena de suministro y la logística asociada. La integración eficiente de servicios adicionales, ya sea en forma de garantías extendidas, instalación especializada o asistencia técnica, puede diferenciar significativamente la oferta de una empresa en comparación con la competencia.
Un ejemplo que destaca esta estrategia es Apple, que no solo se centra en la fabricación de productos electrónicos de alta calidad, sino que también brinda servicios exclusivos como el soporte técnico personalizado y actualizaciones de software continuas. Esta integración de servicios específicos para el producto no solo fortalece la propuesta de valor, sino que también crea una fidelidad del cliente basada en la experiencia integral.
En resumen, una estrategia de operaciones que se enfoque en criterios específicos relacionados con un producto debe considerar la adaptabilidad y la incorporación de servicios especializados para maximizar la eficiencia y destacar en un mercado competitivo. A continuación algunos ejemplos.
De un proveedor puede esperarse que preste asistencia técnica para el desarrollo de un producto, en especial durante las etapas iniciales de diseño y manufactura.
A una firma se le puede exigir que coordine sus actividades con las de otras empresas como parte de un proceso complejo. En estos casos, se puede estar realizando la manufactura mientras se completa el proceso de desarrollo. La coordinación del trabajo entre firmas, y el trabajo simultaneo en un proyecto, reducirán el tiempo total que se requiere para completar dicho proyecto.
Una prioridad importante puede ser la capacidad de la compañía de ofrecer soporte para el producto después de la venta. Esto incluye la disponibilidad de piezas de repuesto. También posiblemente la modificación de productos existentes mas antiguos para que cumplan con nuevos niveles de desempeño. Así mismo, muchas veces es importante la velocidad de respuesta ante estas necesidades posventa.
Desarrollar una estrategia de operaciones centrada en la tecnología implica aprovechar la innovación para impulsar la eficiencia y la excelencia operativa. En este enfoque, la tecnología se erige como el núcleo esencial que impulsa todas las facetas de las operaciones empresariales. Sistemas avanzados como ERP (Enterprise Resource Planning), CRM (Customer Relationship Management), WMS (Warehouse Management System) y otros, se convierten en los pilares que sustentan y optimizan cada proceso.
El software ERP, como elemento central, facilita la integración de diversas funciones empresariales, desde la gestión de inventario hasta la planificación de recursos humanos, brindando una visión holística y coordinada.
Por otro lado, los software CRM potencian las relaciones con los clientes, mejorando la comprensión de sus necesidades y fomentando la lealtad.
En tanto, los WMS optimizan la gestión de almacenes, agilizando la logística y reduciendo los tiempos de entrega.
Esta estrategia tecnológica no solo impulsa la eficiencia interna, sino que también abre oportunidades para la innovación continua. La implementación de tecnologías emergentes, como inteligencia artificial o internet de las cosas, puede llevar la estrategia a nuevos niveles, permitiendo una mayor automatización y toma de decisiones basada en datos en tiempo real.
Un ejemplo paradigmático de esta estrategia es Amazon, cuyas operaciones se basan en una infraestructura tecnológica avanzada. Desde la gestión de inventario hasta la entrega rápida, cada aspecto se optimiza mediante tecnologías como algoritmos de aprendizaje automático y sistemas de robótica avanzada.
En resumen, una estrategia de operaciones fundamentada en la tecnología no solo moderniza los procesos internos, sino que también posiciona a la empresa en la vanguardia de la innovación. La adopción y evolución continua de sistemas tecnológicos permite una operación eficiente y adaptativa en un entorno empresarial dinámico.
Explorar estrategias de operaciones basadas en otros criterios específicos abre un abanico de oportunidades para optimizar la oferta de productos. La consideración de factores como colores, tamaños y pesos disponibles desempeña un papel fundamental en la respuesta a las demandas del mercado. Además, la ubicación estratégica del sitio de fabricación se revela como un criterio crucial que influye en la eficiencia logística y los costos asociados.
La posibilidad de personalización emerge como un elemento distintivo en este enfoque. La capacidad de adaptar productos a las preferencias individuales de los clientes no solo incrementa el valor percibido, sino que también puede generar lealtad a la marca. Asimismo, la oferta de opciones de mezcla de productos proporciona flexibilidad a los consumidores, permitiéndoles crear combinaciones personalizadas que satisfacen sus necesidades específicas.
La logística de la cadena de suministro se convierte en un componente esencial al considerar estos criterios. La eficiente gestión de la producción, almacenamiento y distribución se vuelve crucial para garantizar la disponibilidad y entrega oportuna de productos personalizados. Empresas como Nike han destacado en este aspecto al permitir a los clientes personalizar sus zapatillas, combinando diferentes colores y estilos.
La integración de estos criterios no solo diversifica la oferta de productos, sino que también se traduce en una mayor adaptabilidad a las tendencias del mercado. La capacidad de responder rápidamente a cambios en la demanda y preferencias del consumidor se convierte en un diferenciador competitivo.
En conclusión, al centrarse en criterios específicos como colores, tamaños, ubicación de fabricación y personalización, las estrategias de operaciones pueden impulsar la eficiencia y la satisfacción del cliente. La flexibilidad para ofrecer opciones de mezcla de productos y adaptarse a las preferencias individuales fortalece la posición de la empresa en un mercado dinámico y competitivo.