Trabajar just in time o justo a tiempo, así se le suele denominar a la filosofía industrial que puede resumirse en fabricar los productos estrictamente necesarios, en el momento preciso y en las cantidades debidas. Esto implica comprar o producir solo lo que se necesita y cuando se necesita.
La filosofía just in time consiste en una serie de fundamentos que van en línea con el Lean Manufacturing, que nos permite adaptar nuestros sistemas productivos a la demanda, ofreciendo una gran variedad de productos, incrementando los modelos y las cantidades. De esta manera, no solo podemos reducir nuestros costos y tiempo de entrega, sino aprovechar los nichos de mercado.
A continuación veremos cuáles son los fundamentos de esta metodología muy utilizada en las soluciones de ingeniería industrial para las cadenas de abastecimiento.
Además de la necesidad del cambio cultural interno para asimilar estos nuevos conceptos, la correcta implementación de JIT requiere los siguientes aspectos.
Esto implica contar con trabajadores versátiles capaces de asumir diversas tareas, maquinaria multiuso que se adapte a diferentes necesidades y una distribución en planta que agrupe las operaciones por proceso. La versatilidad de los recursos es esencial para responder de manera ágil a las fluctuaciones en la demanda y garantizar una producción eficiente y oportuna.
Una de las piedras angulares del Just in Time es operar bajo un sistema PULL, un aspecto esencial en la filosofía JIT. Esto significa que se debe evitar el tradicional sistema PUSH, donde una estación o actividad empuja productos o información hacia el siguiente proceso, independientemente de su necesidad real. En cambio, bajo el sistema PULL, los productos o información se «tiran» o son «requeridos» del puesto siguiente en función de la demanda real.
Este enfoque garantiza una producción más ágil y eficiente, ya que se produce lo necesario en el momento preciso, evitando el desperdicio de recursos y la acumulación de inventario innecesario. Así, se logra una cadena de suministro más ágil y sensible a las fluctuaciones del mercado. La implementación exitosa del sistema PULL es un paso crucial para aprovechar al máximo los beneficios del Just in Time en la gestión de la producción. Para más información sobre este tema te recomendamos leer este artículo sobre procesos operativos.
Una de las piedras angulares del Just in Time es operar bajo un sistema PULL, un aspecto esencial en la filosofía JIT. Esto significa que se debe evitar el tradicional sistema PUSH, donde una estación o actividad empuja productos o información hacia el siguiente proceso, independientemente de su necesidad real. En cambio, bajo el sistema PULL, los productos o información se «tiran» o son «requeridos» del puesto siguiente en función de la demanda real.
Este enfoque garantiza una producción más ágil y eficiente, ya que se produce lo necesario en el momento preciso, evitando el desperdicio de recursos y la acumulación de inventario innecesario. Así, se logra una cadena de suministro más ágil y sensible a las fluctuaciones del mercado. La implementación exitosa del sistema PULL es un paso crucial para aprovechar al máximo los beneficios del Just in Time en la gestión de la producción. Para profundizar en este tema, te invitamos a explorar nuestro artículo sobre procesos operativos.
La gestión de los inventarios se enfoca aceitando y mejorando la dinámica con nuestros proveedores y subcontratistas. En el contexto del Just in Time, es fundamental tener una gestión precisa de los tiempos críticos del proceso. Uno de los indicadores clave que merece una atención especial es el «Lead Time», que representa el tiempo transcurrido desde que un cliente realiza un pedido hasta que recibe el producto solicitado. Medir, analizar y controlar este Lead Time es esencial para optimizar la eficiencia operativa.
Al tener un conocimiento profundo de los tiempos críticos, las empresas pueden identificar cuellos de botella y áreas de mejora en su cadena de suministro. Esto les permite reducir el tiempo de entrega, ofrecer plazos más cortos y mejorar la satisfacción del cliente. Además, al reducir el Lead Time, se disminuye la necesidad de mantener grandes inventarios, lo que se alinea perfectamente con el principio del JIT de eliminar desperdicio y mantener niveles de inventario mínimos.
La tolerancia cero a los errores es una piedra angular en la filosofía del Just in Time. En este enfoque, la calidad es prioritaria y se espera que cada producto cumpla con los estándares de calidad comprometidos. Esto significa que se evita la producción de productos si no se puede garantizar la calidad.
La tolerancia cero a los errores se basa en la premisa de que es más eficiente y rentable prevenir los errores que corregirlos posteriormente. Al producir con calidad desde el principio, se reduce la probabilidad de desperdicio de recursos en la rechazo o retrabajo. Esto no solo ahorra tiempo y dinero, sino que también mejora la satisfacción del cliente al proporcionar productos confiables y de alta calidad.
La cultura de tolerancia cero a los errores implica una atención meticulosa a los procesos, la capacitación constante de los empleados y la implementación de sistemas de control de calidad efectivos. En última instancia, este enfoque contribuye a la excelencia operativa, la reducción de costos y la competitividad en el mercado.
La metodología 5S es un componente esencial en la implementación del Just in Time. Se compone de cinco principios japoneses: Seiri (Clasificación), Seiton (Orden), Seiso (Limpieza), Seiketsu (Estandarización) y Shitsuke (Sostenibilidad). Estos principios se aplican para crear un entorno de trabajo más seguro, organizado y limpio.
La metodología 5S, al crear un ambiente limpio y organizado, contribuye significativamente a la eficiencia y la calidad en la producción, al tiempo que mejora la seguridad laboral y promueve una cultura de mejora constante.
La implementación de un sistema SMED, que significa «Single-Minute Exchange of Die» o «Cambio de Herramienta en Minutos», es esencial en la estrategia Just in Time. Este sistema se centra en la reducción del tiempo necesario para cambiar una máquina o proceso de producción de un tipo de producto a otro, lo que permite una mayor flexibilidad y agilidad en la producción.
Un cambio rápido y eficiente de modelo es vital para adaptarse a la variabilidad de la demanda, y el sistema SMED busca lograrlo a través de varios pasos:
La implementación exitosa del sistema SMED permite a las empresas adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas del mercado, reducir el desperdicio de tiempo y recursos, y, en última instancia, aumentar la eficiencia en la producción, un objetivo central en la filosofía Just in Time.
La implementación del Mantenimiento Productivo Total (TPM) es esencial en la filosofía Just in Time. TPM se enfoca en garantizar que las máquinas y equipos se mantengan en óptimas condiciones operativas, lo que a su vez contribuye a la producción eficiente y la reducción de tiempos improductivos.
Una de las principales características del TPM es la promoción del mantenimiento autónomo. Esto implica empoderar al personal de producción para que sean responsables de la supervisión y el cuidado de las máquinas que utilizan. Cada operador se convierte en parte del equipo de mantenimiento, realizando tareas de prevención, inspección y pequeñas reparaciones.
El TPM también promueve una cultura de mejora continua al enfocarse en la identificación y eliminación de las fuentes de ineficiencia y pérdida de tiempo en los equipos. Esto ayuda a reducir las averías inesperadas, los tiempos de parada no planificados y a garantizar que las máquinas funcionen de manera óptima.
El Just In Time es una metodología de gestión que se centra en eliminar el desperdicio y aumentar la eficiencia en la producción. Su objetivo principal es entregar la cantidad correcta de productos en el momento adecuado, minimizando inventarios y reduciendo los costos. Para aplicar el JIT:
El JIT tiene un impacto significativo en el servicio al cliente. Al producir y entregar productos en el momento justo, las empresas pueden satisfacer las necesidades de sus clientes de manera más efectiva:
Los objetivos del JIT son claros y orientados hacia la mejora continua:
Para lograr la producción Justo a Tiempo de manera efectiva, es fundamental:
En conclusión, el Just In Time es una filosofía de gestión que ha transformado la forma en que las empresas producen, entregan productos y brindan servicios al cliente. Al eliminar el desperdicio y mejorar la eficiencia, el JIT no solo reduce costos, sino que también mejora la satisfacción del cliente y aumenta la competitividad. Aplicar con éxito el JIT requiere compromiso, capacitación y un enfoque constante en la mejora continua.