Cuando hablamos de Trabajar just in time, por lo general nos referimos a la metodología justo a tiempo. Así se le suele denominar a la filosofía industrial que puede resumirse en una sentencia. Ciertamente es la de fabricar los productos estrictamente necesarios, en el momento preciso y en las cantidades debidas. Esto implica comprar o producir solo lo que se necesita y cuando se necesita.
Específicamente la filosofía just in time consiste en una serie de fundamentos que van en línea con el Lean Manufacturing. Además son parte de las buenas prácticas de las organizaciones con procesos World Class como Toyota y su TPS. En este sentido, el foco de esta metodología permite adaptar nuestros sistemas productivos a la demanda. A fin de cuentas, podremos ofrecer una gran variedad de productos, incrementando los modelos y las cantidades. Así no solo podemos reducir nuestros costos y tiempo de entrega, sino aprovechar los nichos de mercado.
A continuación veremos cuáles son los fundamentos de esta metodología. Asimismo vale recordar que son muy utilizada en las soluciones de ingeniería industrial. Tanto para las cadenas de abastecimiento como para los sistemas de Gestión de la Calidad.
Además de la necesidad del cambio cultural interno para asimilar estos nuevos conceptos, la correcta implementación de JIT requiere los siguientes aspectos.
Esto implica contar con trabajadores versátiles capaces de asumir diversas tareas. Como así también maquinaria multiuso que se adapte a diferentes necesidades y una distribución en planta que agrupe las operaciones por proceso. En resumen, la versatilidad de los recursos es esencial. Con ella se puede responder de manera ágil a las fluctuaciones en la demanda y garantizar una producción eficiente y oportuna.
También otra de las piedras angulares del Just in Time es operar bajo un sistema PULL, un aspecto esencial en la filosofía JIT. Esto significa que se debe evitar el tradicional sistema PUSH. Este se caracteriza por tener una estación o actividad que empuja productos o información hacia el siguiente proceso, independientemente de su necesidad real.
En cambio, bajo el sistema PULL, los productos o información se «tiran» o son «requeridos» del puesto siguiente en función de la demanda real.
Este enfoque garantiza una producción más ágil y eficiente. Esto se logra al producir lo necesario en el momento preciso, evitando el desperdicio de recursos y la acumulación de inventario innecesario. Así, se logra una cadena de suministro más ágil y sensible a las fluctuaciones del mercado.
En resumen, la implementación exitosa del sistema PULL es un paso crucial para aprovechar al máximo los beneficios del Just in Time en la gestión de la producción.
Por otro lado, si quieres más información sobre este tema te recomendamos leer este artículo sobre procesos operativos.
Los tiempos críticos del proceso incluyen momentos clave como el tiempo de configuración de máquinas, el tiempo de procesamiento y los tiempos de espera. Al medir estos intervalos, se identifican áreas de ineficiencia y cuellos de botella que obstaculizan la producción.
El análisis de estos tiempos permite descubrir oportunidades de mejora. Por ejemplo, si el tiempo de configuración es largo, se pueden implementar técnicas de cambio rápido de herramientas. Igualmente, si hay tiempos de espera prolongados, se pueden reorganizar las actividades para optimizar el flujo de trabajo.
El control de estos tiempos implica la implementación de sistemas y procedimientos para mantenerlos dentro de límites aceptables. Esto puede incluir la capacitación del personal en técnicas de mejora continua o la implementación de sistemas de monitoreo en tiempo real.
En resumen, la gestión de los tiempos críticos del proceso es fundamental para el éxito del JIT. Al medir, analizar y controlar estos tiempos, las empresas pueden mejorar la eficiencia. También reducir costos y satisfacer las demandas del cliente de manera efectiva, manteniendo así su competitividad en el mercado.
La gestión de los inventarios se enfoca aceitando y mejorando la dinámica con nuestros proveedores y subcontratistas. En el contexto del Just in Time, es fundamental tener una gestión precisa de los tiempos críticos del proceso. Uno de los indicadores clave que merece una atención especial es el «Lead Time». Este representa el tiempo transcurrido desde que un cliente realiza un pedido hasta que recibe el producto solicitado. Medir, analizar y controlar este Lead Time es esencial para optimizar la eficiencia operativa.
Al tener un conocimiento profundo de los tiempos críticos, las empresas pueden identificar cuellos de botella y áreas de mejora en su cadena de suministro. Esto les permite reducir el tiempo de entrega, ofrecer plazos más cortos y mejorar la satisfacción del cliente. Además, al reducir el Lead Time, se disminuye la necesidad de mantener grandes inventarios. Esto se alinea perfectamente con el principio del JIT de eliminar desperdicio y mantener niveles de inventario mínimos.
La tolerancia cero a los errores es una piedra angular en la filosofía del Just in Time. En este enfoque, la Gestión de la Calidad es prioritaria y se espera que cada producto cumpla con los estándares de calidad comprometidos. Esto significa que se evita la producción de productos si no se puede garantizar la calidad.
La tolerancia cero a los errores se basa en la premisa de que es más eficiente y rentable prevenir los errores que corregirlos posteriormente. Al producir con calidad desde el principio, se reduce la probabilidad de desperdicio de recursos en la rechazo o retrabajo. Esto no solo ahorra tiempo y dinero, sino que también mejora la satisfacción del cliente al proporcionar productos confiables y de alta calidad.
La cultura de tolerancia cero a los errores implica una atención meticulosa a los procesos. Como así también la capacitación constante de los empleados y la implementación de sistemas de control de calidad efectivos. En última instancia, este enfoque contribuye a la excelencia operativa, la reducción de costos y la competitividad en el mercado.
La metodología 5S es un componente esencial en la implementación del Just in Time. Se compone de cinco principios japoneses: Seiri (Clasificación), Seiton (Orden), Seiso (Limpieza), Seiketsu (Estandarización) y Shitsuke (Sostenibilidad). Estos principios se aplican para crear un entorno de trabajo más seguro, organizado y limpio.
La metodología 5S, al crear un ambiente limpio y organizado, contribuye significativamente a la eficiencia y la Gestión de la Calidad en la producción. También ayuda a mejorar la seguridad laboral y promueve una cultura de mejora constante.
La técnica SMED significa «Single-Minute Exchange of Die». Lo que en español se traduce como «Cambio de Herramienta en Minutos». Estos tipos de sistemas son esenciales en la estrategia Just in Time.
Este sistema se centra en la reducción del tiempo necesario para cambiar una máquina o proceso de producción de un tipo de producto a otro. Es decir un cambio de modelo. Esto permite una mayor flexibilidad y agilidad en la producción.
Un cambio rápido y eficiente de modelo es vital para adaptarse a la variabilidad de la demanda. Para ello, el sistema SMED busca lograrlo a través de varios pasos:
La implementación exitosa del sistema SMED permite a las empresas adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas del mercado. También ayuda a reducir el desperdicio de tiempo y recursos. En última instancia, permite aumentar la eficiencia en la producción, un objetivo central en la filosofía Just in Time.
La implementación del Mantenimiento Productivo Total (TPM) es esencial en la filosofía Just in Time. TPM se enfoca en garantizar que las máquinas y equipos se mantengan en óptimas condiciones operativas. Esto a su vez contribuye a la producción eficiente y la reducción de tiempos improductivos.
Una de las principales características del TPM es la promoción del mantenimiento autónomo. Esto implica empoderar al personal de producción para que sean responsables de la supervisión y el cuidado de las máquinas que utilizan. Cada operador se convierte en parte del equipo de mantenimiento, realizando tareas de prevención, inspección y pequeñas reparaciones.
El TPM también promueve una cultura de mejora continua al enfocarse en la identificación y eliminación de las fuentes de ineficiencia y pérdida de tiempo en los equipos. Esto ayuda a reducir las averías inesperadas, los tiempos de parada no planificados y a garantizar que las máquinas funcionen de manera óptima.
El Just In Time es una metodología de gestión que se centra en eliminar el desperdicio y aumentar la eficiencia en la producción. Su objetivo principal es entregar la cantidad correcta de productos en el momento adecuado, minimizando inventarios y reduciendo los costos. Para aplicar el JIT:
El JIT tiene un impacto significativo en el servicio al cliente. Al producir y entregar productos en el momento justo, las empresas pueden satisfacer las necesidades de sus clientes de manera más efectiva:
Los objetivos del JIT son claros y orientados hacia la mejora continua:
Para lograr la producción Justo a Tiempo de manera efectiva, es fundamental:
En conclusión, el Just In Time es una filosofía de gestión que ha transformado la forma en que las empresas producen, entregan productos y brindan servicios al cliente. Al eliminar el desperdicio y mejorar la eficiencia, el JIT no solo reduce costos, sino que también mejora la satisfacción del cliente y aumenta la competitividad. Aplicar con éxito el JIT requiere compromiso, capacitación y un enfoque constante en la mejora continua.
A continuación te dejamos una lista de ejemplos y casos de aplicación de algunos ejemplos de mejora enfocados en el just in time en procesos críticos de algunas industrias de productos y servicios.